Maria-Daniel Asturias

                                                                                                Informe #3

                                                                                                Español 610

Industria cultural o cultura industrial?

           

Culture now impresses the same stamp on everything. ---ADORNO, The Culture Industry

            Primeramente cuando leí estas palabras de Theodor Adorno y Max Horkenheimer, me volvieron pensar en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos.  Como americana, crecida en un país donde hemos perfeccionado la industria cultural hasta el punto que se lleva su influencia en el mundo completo, tengo mucho interés en este sujeto.

Como dije, es evidente la tesis de Adorno y Horkenheimer en las elecciones estadounidenses.  Escriben:  “Even the aesthetic activities of political  opposites are one in their enthusiastic obedience to the rhythm of the iron system”(1).  Hay tan poco diferencia entre los dos candidatos mas conocidos y tanta pereza entre la población americana que no saben que hay otras opciones.  Pero para no divagar demasiado, en efecto la única diferencia entre estos dos es el color de su corbata.  Al Gore como democrático se ha convertido en nada mas que una imagen que no quiere ser demasiado diferente de su oponente.   Y creo que ya había un Bush en la casa blanca y sabemos el final de esa historia.

            En efecto la elección de nuestros lideres políticos no es nada mas que una fachada.  La monopolización del mercado mundial se ha convertido en algo tan entrelazado en la experiencia humana contemporánea que en realidad las diferencias son tan débiles que optamos por lo menor de los diablos (Nader).

            Capitalismo como escribe Eagleton “can’t help producing wealth and poverty at a stroke”(Intro. , 6).  Pero la industria cultural es tan “all-consuming” que crea una pereza o una fatiga entre la gente que no actúan para un cambio.  La población esta tan agarrada en su presa que aun los educados toman la coca-cola.  Pero las otras opciones son iguales que la coca-cola.  Ahora uno puede comprar agua “hecho” por coca-cola. 

            Según Adorno la responsabilidad queda con el artista de retener su autonomía.  Pero es como decir que las mayas tienen la responsabilidad de retener su independencia del nuevo mundo.  Ya hay coca-cola en todas partes.  Mientras en los bosques más densos de Guatemala las mayas viven (o tratan de vivir) en una manera bastante parecida a la manera en que vivieron sus antepasados, el café que ellos crecen, los aguacates que llevan están vendidos por los dueños de Coca-Cola. 

Pero todavía no hay duda que los huipiles que cosen (los que no son hechos solo para los gringos) todavía están llena de la tradición verdadera de las mayas.  Hay muy poca diferencia entre esto y el ejemplo del músico del Jazz que hace su  música por la verdad que siente, o el músico  del Rap que trata de decir una verdad de su experiencia entre el”sistema”.  En algún punto de su expresión, Coca-Cola ( o sus representantes) van a tener su pedacito.

            No quiero decir que no hay esperanza.  Esto es claramente solo la comienza de un argumento.   Pero en fin llego a mi titulo.  La industria cultural, la monopolización, o el capitalismo en su adolescencia ha convertido la cultura humana – con su música, literatura y estilo – en una cultura industrial.  Pero todavía existe el arte.