Geoff Mitchell

Profesor Avelar

9 de noviembre 2000

SPAN 610

Informe 4: Bajtín y la carnivalización

            Escrito en la Unión Soviética durante la cumbre de la época estalinista de los treintas, el libro, La cultura popular en la edad media y en el renacimiento (Rabelais and his World) por Mijail Bajtín, examina el humor cultural y la cultura en general de la Edad Media y el Renacimiento. En este libro maestro, Bajtín explora las novelas de François Rabelais, deconstruye su visión carnavalesca, y problematiza las implicaciones del carnaval. La interpretación de Bajtín con respecto al carnaval se enfoca en las implicaciones de la risa y la irreverencia, lo grotesco y el lenguaje popular. Todos estos elementos esenciales del carnaval comprenden el espíritu subversivo de este evento popular no sólo en la Europa de aquellos tiempos sino también en la modernidad latinoamericana y brasileña. Importa notar que tanto la obra rabelaisiana como la bajtiniana se escribieron durante épocas revolucionarias. De hecho, La cultura es considerado una condenación de la degeneración de la revolución bolchevique al estalinismo. En este ensayo pretendo examinar en breve la noción carnavalesca de la inversión de papeles sociales y sexuales postulada por Bajtín y la existencia de tal inversión en algunos ejemplos en la literatura hispanoamericana.

               Según Bajtín, carnaval es un evento fundamentalmente subversivo. Sin embargo, Robert Stam indica en su libro, Subversive Pleasures: Bakhtin, Cultural Criticism, and Film, que Umberto Eco no concuerda con esta postura: “It is wrong, Eco argues, to see carnival as subversive; in fact, the powerful have always used circenses to muffle popular rebellion, just as the contemporary mass media, instruments of social control, operate a ‘continuous carnivalization of life” (91). Durante los primeros años del Porfiriato en México, se realizaba la práctica cultural y política de quemar el “Judas” la efigie de algún político, particularmente el presidente. Como indica Eco, el gobierno permitía esta muestra temporal de subversión social y política para evitar la posibilidad de la rebelión. Sin embargo, en los últimos años de su dictadura, Porfirio Díaz ilegalizó esta práctica porque comprendía que era, en efecto, subversiva. Entonces, a pesar de las aseveraciones de Eco, la noción bajtiniana de la naturaleza inherentemente subversiva del carnaval mantiene su viabilidad.

            Quizás el elemento más subversivo del carnaval es la inversión de papeles sociales y sexuales. En Subversive Pleasures, Stam resalta este concepto bajtiniano y lo resume así: 

[. . .] the notion of bisexuality and the practice of transvestitism as a release from the burden of socially imposed sex roles; [. . .] the foregrounding of social overturning and the counterhegemonic subversion of established power via the “world upside down” (a strategy especially attractive to the revolutionary left and to oppositional culture generally). (93)

En el capítulo tres de Rabelais and His World, Bajtín elabora este concepto en sus referencias a un personaje encontrado en Gargantua and Pantagruel de Rabelais: el “red-snouted Catchpole” (rouge museau) (196). Después de haber sido golpeado casi hasta la muerte por el fraile Juan por veinte coronas de oro, “the churl rose, happy as a king—or a pair of kings, for that matter (Et mon villain debout, aisé comme un roy ou deux)” (197). Esto significa, según Bajtín, que el abuso físico sirve como

[. . .] symbolic actions directed at something on a higher level, at the king. This is the popular-festive system of images [. . .]. In such a system the king is the clown [. . .]. the clown was first disguised as a king, but once his reign had come to an end his costume was changed, “travestied,” to turn him once more into a clown. (197)

El abuso físico de Catchpole, según Bajtín, representa la muerte simbólica del primer rey. Pero cuando Catchpole se reanima y se recupera, este primer monarca muerto se levanta de su “tumba,” vivo y alegre, transformado en un nuevo rey.

            Encontrar ejemplos de la inversión de papeles sociales en la literatura hispanoamericana y en el cine brasileño requiere muy poca investigación. Una lectura de Cumandá (1879) por el ecuatoriano Juan León Mera revela cierta inversión de papeles sexuales. La protagonista “indígena,” Cumandá, muestra muchos rasgos masculinos a lo largo de esta novela indianista. Ella es práctica, valiente, fuerte y segura de sí misma. En cambio, la masculinidad del protagonista, Carlos, es problematizada para poder aumentar y exagerar la importancia de la bella “indígena.” El final de Cumandá también es carnavalesco porque el narrador agrega un twist inesperado. Como en el caso de Catchpole, en Cumandá hay una transformación subversiva que implica una doble ironía: Cumandá es la hermana del criollo, Carlos, así que no es indígena y se elimina la problemática del mestizaje. Sin embargo, la transformación de Cumandá, amante de Carlos, a Julia, hermana de Carlos, impide cualquier relación sexual. El final provoca un sentido de tragedia (no poder consumar la relación) o alegría (Carlos encontró a su hermana) pero también puede provocar la risa (por la absurdidad), una postulación muy carnavalesca.   

            En un cuento indigenista del peruano, José María Arguedas, “El sueño del pongo”, un patrón de una hacienda maltrata a un indígena que cumple su deber feudal, el pongueaje. En un momento inesperado, el pongo le revela a su patrón un sueño que tuvo la noche anterior. El sueño tuvo lugar en el cielo donde los ángeles cubrieron al pongo con excremento y al patrón le vertieron miel. El patrón concuerda con esta visión celestial puesto que cree que él mismo merece tales honores mientras el pobre pongo merece el mismo desprecio que le fue otorgado en la vida. Sin embargo, al llegar al final del sueño, el pongo revela que San Francisco mandó que se lamieran el uno al otro. Esta inversión subversiva soñada por el pongo le provee la justicia que espera.

            Hay muchos otros ejemplos de la noción carnavalesca de la inversión de papeles sociales y sexuales en el arte brasileño y español como por ejemplo en los filmes, Xica da Silva y Viridiana. El carnaval siempre ha sido un elemento subversivo desde sus lejanos orígenes en la sátira menipeana y en la Saturnalia. Sin embargo, puesto que los poderes eclesiásticos y seculares permiten la celebración del carnaval, queda una pregunta inquietante: ¿quién parodia a quién? Ya sabemos por Hegel que la parodia emerge cuando los artistas desean desasociarse de las tendencias artísticas fosilizadas. Asimismo, Marx indica que la historia se repite la primera vez como una tragedia y la segunda vez como una farsa.                  

Obras Citadas

Bakhtin, Mikhail. Rabelais and His World. Trans. Hélène Iswolsky. Bloomington: Indiana UP,             1984.

Stam, Robert. Subversive Pleasures: Bakhtin, Cultural Criticism, and Film. Baltimore: Johns             Hopkins UP, 1992.